Las principales aplicaciones de las espumas de aluminio están en la industria de automoción, aeroespacial, ferroviaria y construcción. Su estructura le confiere características especiales, tanto físicas, mecánicas, térmicas y eléctricas; especialmente sus propiedades de aislamiento térmico y acústico, su bajo peso y su capacidad para absorber energía de impacto. Esto hace posible la utilización de estos materiales en un sinfín de diferentes aplicaciones con formas geométricas complejas.
- Estructuras livianas: Gracias a su excelente relación dureza-peso.
- Amortiguación mecánica: La capacidad de amortiguación de las espumas metálicas es hasta 10 veces mayor que la de las láminas sólidas de su mismo material.
- Control de vibración: Gracias a los espacio entre moléculas, poseen una mayor tolerancia a frecuencias vibratorias y mayor capacidad de flexión que sus sólidos.
- Absorción acústica: Gracias al control de vibración que poseen, las espumas metálicas son excelentes disipadores de sonidos.
- Madera artificial: Las espumas metálicas comparten varias características con la madera, tienen densidad, resistencia y otras propiedades similares.
- Control de calor: El metal tiene una excelente capacidad para conducir calor, mientras que los espacios en la estructura permiten el flujo de aire o algún otro enfriador, y así, permiten un enfriamiento más veloz y con menos recursos.
- Prótesis humana: La estructura molecular y el titanio de una prótesis estimulan el crecimiento celular del área afectada.
- Filtración: Las espumas metálicas con tamaños de poros controlados podrían llegar a servir como filtros para líquidos e incluso gases.
- Electrodos y catalizadores de reacciones: Su gran relación área-volumen le permite tener una gran área de reacción.
- Flotación: Su baja densidad y resistencia a la corrosión sugiere que podría llegar a tener grandes aplicaciones de flotación.
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